En los últimos años, se han desarrollado algunos medicamentos nuevos para la EM remitente-recurrente. Uno de ellos es el alemtuzumab, también conocido como Lemtrada, que ha sido aprobado en Europa, Canadá, Australia y Latinoamérica.

En particular, a principios de este año el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica del Reino Unido (National Institute of Heath and Care Excellence, NICE) publicó una guía recomendando el alemtuzumab como una opción para el tratamiento de la EM remitente-recurrente.

El alemtuzumab pertenece a la familia de los anticuerpos monoclonales, que pueden evitar que determinados tipos de células sanguíneas entren en el cerebro y ataquen a la mielina, que es la causa de los daños en la EM.

El alemtuzumab se administra como infusión intravenosa durante cinco días consecutivos, con un segundo ciclo en tres días consecutivos 12 meses más tarde.

Las infusiones de alemtuzumab son escasas debido a su capacidad de cambiar permanentemente el sistema inmunológico del cuerpo humano.

Se ha probado la eficacia, la tolerancia y la seguridad del alemtuzumab en pacientes con EM remitente-recurrente en tres ensayos clínicos principales entre 2002 y 2009 (CAMMS223, CARE-MS I, CARE-MS II).

Estos tres grandes ensayos incluyeron a casi 1.800 personas con EM remitente-recurrente Una muestra de estos pacientes fue tratada con alemtuzumab y otra muestra con interferón.

En conjunto, el alemtuzumab fue significativamente más eficaz que el interferón a la hora de reducir el número de recaídas y el riesgo de discapacidad.

A pesar de los buenísimos resultados en términos de eficacia, en uno de los ensayos tres pacientes desarrollaron una grave enfermedad sanguínea: púrpura trombocitopénica inmunológica.

Además, varios pacientes que tomaban alemtuzumab presentaron otras enfermedades autoinmunes, como la tiroiditis y la nefropatía.
Impredecible

Ya que lo que hace es disminuir el número de células inmunitarias en la circulación, el alemtuzumab también provoca un riesgo mayor de infección. Se observaron durante los ensayos diversos casos de infección por el virus del herpes y otros tipos menores de infección.

Debido a que el alemtuzumab es eficaz y a que la forma en la que se administra apenas tiene consecuencias en la vida diaria de los pacientes, parece una alternativa prometedora a otros medicamentos para la EM, como el interferón o el glatirámero acetato.

Desgraciadamente, aún no se ha evaluado completamente su seguridad y sus efectos sobre el sistema inmunológico a largo plazo son impredecibles. Además, debido a la gravedad de sus efectos secundarios, los pacientes podrían necesitar un análisis de sangre y orina mensual durante varios años tras el tratamiento con alemtuzumab, con el fin de evitar la aparición de enfermedades autoinmunes o infecciosas graves.

Deberían tenerse en cuenta estos factores a la hora de prescribir alemtuzumab.