Antecedentes

Entre las mujeres diagnosticadas con EM, la mayoría son diagnosticadas en la veintena y la treintena cuando se encuentran en el momento de tomar la decisión de comenzar una familia. Esto significa que muchas mujeres jóvenes con EM se enfrentan a difíciles decisiones sobre quedarse embarazadas y las posibles consecuencias negativas del embarazo en el desarrollo de su EM.

Es ampliamente conocido que el número de recaídas de EM disminuye durante el embarazo, pero aumenta en el primer trimestre tras el parto.

La práctica clínica actual se centra en interrumpir todos los medicamentos modificadores de la enfermedad en mujeres que pretendan quedarse embarazadas.

Tras el parto, es importante reducir el riesgo de recaídas. Así que algunos neurólogos aconsejan volver a tomar los medicamentos modificadores de la enfermedad tan pronto como sea posible después del parto.

El estudio

La edición de octubre del Multiple Sclerosis Journal informa sobre un estudio llevado a cabo en Francia entre 2012 y 2013. Los investigadores querían ver si el hecho de volver a comenzar el tratamiento con natalizumab tenía consecuencias en la disminución del riesgo de recaídas tras el parto.

Los investigadores observaron a 24 pacientes que habían dejado de tomar natalizumab cuando decidieron tener un bebé. En seis de ellas, la actividad de la EM empeoró. Ya que estas seis mujeres tenían una EM muy activa, los investigadores decidieron que volvieran a tomar el natalizumab nada más producirse el parto.

Una dosis temprana de natalizumab tras el parto resultó en la desaparición de la actividad de la enfermedad en todos los casos excepto en uno, de las seis pacientes. Cinco de las seis pacientes con EM muy activa experimentaron una mejoría tanto clínica como radiológica, y el natalizumab evitó recaídas postparto.

Estos hallazgos apoyan la idea de evitar retrasos tras el embarazo a la hora de volver a iniciar el tratamiento con natalizumab.

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