Los ensayos clínicos son necesarios para probar nuevos fármacos. Existen fases diferentes en estos ensayos, y diferentes tipos de diseño para los ensayos.

La EM progresiva supone un gran desafío para las personas que diseñan los ensayos clínicos, ya que la progresión de la discapacidad es lenta y no existen hallazgos en términos de IRM o en el laboratorio que puedan utilizarse como factores pronósticos (indicadores de la futura evolución de la enfermedad).

La forma más común de comprobar la progresión de la discapacidad en los ensayos clínicos es la puntuación de la Escala Ampliada del Estado de Incapacidad (o EDSS, por sus siglas en inglés). Pero esta escala para evaluar la discapacidad en la EM no es completamente eficaz y puede resultar subjetiva.

Cuestionario

Existe una conciencia cada vez mayor de que la eficacia terapéutica no puede evaluarse completamente sin la perspectiva del paciente.

En febrero, la revista Multiple Sclerosis Journal publicó un estudio de 132 personas con EM progresiva. El estudio se llevó a cabo en el VU University Medical Center de Holanda. Los investigadores utilizaron un cuestionario para analizar los resultados percibidos por el paciente, en el que se medía el efecto de la EM en la vida diaria de las personas.

Los investigadores descubrieron que la puntuación de este cuestionario es especialmente sensible a los cambios en los pacientes con mayor discapacidad y está relacionada con los cambios en otras medidas clínicas, como la prueba cronometrada de la marcha de 25 pies(o T25FW, una prueba sencilla y rápida que consiste en caminar).

De acuerdo con esta investigación, por lo tanto, dicho cambio en el T25FW está estrechamente correlacionado con las consecuencias de la enfermedad. Esto justifica el uso del T25FW en los ensayos clínicos de la EM progresiva como una medida adecuada de evaluación de la progresión.

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