Los fármacos inyectables modificadores de la enfermedad, como el interferón y el Copaxone, son considerados como el tratamiento de primera línea para la EM recurrente-remitente. Sin embargo, a pesar de tomar estos medicamentos, muchos pacientes siguen experimentando recaídas y progresión de la discapacidad.

Con el fin de reducir las recaídas y la progresión de la discapacidad, los neurólogos podrían cambiar a los pacientes a medicamentos que se cree que son más eficaces, pero que pueden tener algunos efectos secundarios graves en algunos pacientes. Esta gestión del tratamiento se denomina terapia escalonada.

El Natalizumab y el fingolimod se usan habitualmente en la terapia escalonada, ya que se cree que son más eficaces que los fármacos inyectables de primera línea. Hace poco, en la revista Annals of Neurology se recogieron los resultados de un estudio en 26 países, utilizando a 792 pacientes de la base de datos online de EM MSBase.

Eficacia

El estudio pretendía comparar la eficacia del hecho de cambiar al fingolimod o al Natalizumab en pacientes que no respondían al interferón o al Copaxone.

Los resultados animan a pensar que, en pacientes con el tipo recurrente-remitente que aún sufren recaídas mientras son tratados con terapias modificadoras de la enfermedad inyectables, el cambio al Natalizumab resulta ser más eficaz que el cambio al fingolimod a la hora de disminuir la tasa de recaídas y potenciar la reducción de la discapacidad.

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