Los biomarcadores son indicadores medibles de la gravedad o de la presencia de ciertos estados patológicos. La ausencia de biomarcadores fiables de la inflamación en el sistema nervioso central retrasa el desarrollo de terapias específicas para la EM.

Un buen marcador de la inflamación en la EM recurrente-remitente es la presencia de lesiones activas en los escáneres de resonancia magnética (IRM). Sin embargo, las lesiones activas son poco comunes en la EM progresiva, lo que hace que este biomarcador sea menos sensible para un desarrollo terapéutico en las fases progresivas. Existe la necesidad de identificar biomarcadores directos de la inflamación en el sistema nervioso central.

Un equipo de investigación del National Institute of Neurological Disorders and Stroke, en Bethesda, EE. UU., intentó identificar posibles biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo de pacientes con EM.

Niveles comparables

Descubrieron que, en la comparación de numerosos biomarcadores inflamatorios, los pacientes con ambos subgrupos de EM progresiva tenían niveles equiparables a los de los pacientes con EM recurrente-remitente. Este hallazgo contradice la creencia de que la inflamación ya no juega un papel en el proceso de la enfermedad de la EM progresiva.

Este descubrimiento también vaticina que la prevención eficaz de la inflamación en la EM progresiva necesita de la intervención de medicamentos que puedan acceder al sistema nervioso central. El hallazgo de biomarcadores de la inflamación en el líquido cefalorraquídeo puede mejorar el diagnóstico y la gestión de la EM, y podrían también utilizarse en ensayos clínicos como marcadores de eficacia en estudios sobre medicamentos.

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