Se sabe que los factores ambientales como las infecciones, el consumo de sal, el tabaco y los niveles de vitamina D afectan al desarrollo de la EM y al curso de la enfermedad.

Los cambios estacionales en la actividad de la enfermedad también se han observado en la EM, y varios estudios han descubierto que la inflamación es mayor en primavera y verano.

Según un estudio reciente realizado en Buenos Aires (Argentina), la melatonina podría ser una posible causa de estos cambios estacionales en la EM.

La melatonina es una hormona natural que se genera en el cerebro humano. Su función principal es la regulación de los ciclos día-noche. Los niveles de melatonina son curiosamente elevados en otoño e invierno, cuando las recidivas clínicas de la EM son habitualmente menos frecuentes.

Los investigadores argentinos midieron los niveles de melatonina de 139 personas con EM remitente-recidivante, y sus resultados confirmaron que una mayor concentración de melatonina se corresponde con un número menor de recidivas. Además, demostró la que melatonina mejora la enfermedad de la EM en ejemplares de ratones.

La melatonina representa una indicación ambiental que contribuye a la estacionalidad de las recidivas de esclerosis múltiple y es un objetivo potencial para la intervención terapéutica en enfermedades inmunológicas como la EM.

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