Existe la necesidad urgente de entender los mecanismos del daño cerebral y espinal en la esclerosis múltiple progresiva, que genera un declive neurológico irreversible y continuo.

La IRM es muy útil para diagnosticar y supervisar muchas enfermedades neurológicas, y una serie de nuevas técnicas de IRM son capaces de mostrar las alteraciones cerebrales.

En el Instituto de Neurología de la UCL de Londres, la Dra. Cawley utilizó una técnica avanzada de IRM, llamada espectroscopía por resonancia magnética de protón, para buscar valores anormales de elementos químicos de tejido cerebral. Se centró en el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que es un producto químico ampliamente distribuido en el cerebro.

La Dra. Cawley descubrió que niveles más bajos de GABA en las zonas cerebrales que controlan el movimiento y la sensación están relacionados con una reducción del rendimiento motor en pacientes con esclerosis múltiple progresiva secundaria. Estos resultados plantean la posibilidad de que los niveles de GABA alterados puedan ser un indicador de daño cerebral, pero también pueden insinuar que el GABA, además, contribuye al daño neurológico en la EM progresiva.

Conforme a estos resultados, el GABA pude ser un objetivo importante de neuroprotección en EM progresiva.

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