Natalizumab es un fármaco muy eficaz en el tratamiento de la EM remitente-recidivante. Sin embargo, después de 24 meses tomando el fármaco, algunas personas pueden desarrollar una infección grave en el cerebro conocida como leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP).

Para prevenir la LMP, las personas clasificadas como de “alto riesgo” (mediante una prueba de anticuerpos) se ven obligadas a detener el tratamiento. Por desgracia, después de interrumpir la administración de natalizumab, existe un riesgo mayor de inflamación y recidivas de EM.

El cambio de natalizumab a un medicamento alternativo (interferon beta, acetato de glatiramero o fingolimod) puede prevenir la reactivación de la enfermedad, pero los resultados de los estudios publicados no son concluyentes y suelen ser contradictorios.

Un artículo reciente publicado en Brain trata sobre un estudio observacional de un gran número de italianos con EM remitente-recidivante que detuvo el tratamiento con natalizumab. Los autores compararon la eficacia de cambiar a fingolimod frente a interferon o acetato de glatiramero en el control de la reactivación de la enfermedad.

Descubrieron que el cambio a fingolimod se asoció a una reducción del 64 % en el riesgo de recidiva en comparación con interferon beta o acetato de glatiramero.

También confirmaron un mayor riesgo de recidivas en personas que presentaron recidivas fuertes de la enfermedad antes de comenzar a tomar natalizumab. Además, los pacientes más jóvenes con menor duración de la enfermedad se encontraban en mayor riesgo de recidiva después de dejar de tomar natalizumab.

Por último, indicaron que la probabilidad de recidiva fue inferior al 0,5% en el primer mes después de volver a tomar natalizumab, pero creció 3 veces en el segundo y tercer meses, y más de 10 veces a partir de entonces.

Estos resultados permiten suponer que los tratamientos más agresivos se deben tener en cuenta en la primera fase de la enfermedad en el caso de las personas con síntomas importantes desde el inicio de la enfermedad. Además, un período de limpieza (fase al final de un ensayo clínico en la que los pacientes no reciben tratamiento para “limpiar” el cuerpo de los fármacos administrados) que dure más de 1 a 3 meses una vez que se deje de tomar natalizumab ya no es aceptable en la práctica clínica.

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