La cafeína es uno de los principales componentes del café, y los investigadores que trabajan con animales han demostrados que podría proteger las células cerebrales del daño. La pérdida de células cerebrales o de la médula espinal contribuye a la discapacidad en la EM.

Un grupo de investigadores suecos ha analizado cuestionarios de miles de personas con EM y de voluntarios sanos, en los que los participantes explicaban sus hábitos de consumo de café. Los investigadores descubrieron que las personas que consumían más café diariamente (900 ml o aproximadamente 6 tazas) tenían menos probabilidad de padecer EM.

Los efectos del café no guardaban relación con el hecho de si los sujetos lo habían consumido al inicio de la enfermedad o 5 o 10 años antes de empezar a padecerla.

En otras enfermedades cerebrales, como la enfermedad de Parkinson, se habían observado efectos similares. No obstante, este estudio no aporta ninguna prueba de relación causal entre el consumo de café y la EM, y se necesitarían más estudios para establecer tal relación y para entender cómo podría reducir el café el riesgo de padecer EM.

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