La mayoría de las mujeres que padecen EM son diagnosticadas a los veinte o los treinta años, en un momento en el que podrían estar pensando en formar una familia.

Se han realizado numerosos estudios para analizar la repercusión del embarazo en la EM. Todos muestran que el embarazo parece tener una influencia protectora positiva, reduciendo las tasas de recidivas, especialmente durante el tercer trimestre (entre el sexto y el noveno mes). No se conocen exactamente los motivos, pero se piensa que los niveles hormonales tienen algo que ver. No obstante, durante los tres primeros meses después del nacimiento del bebé, el riesgo de recidivas aumenta. Se cree que se debe a que las hormonas regresan a los niveles previos al embarazo.

Seguimos sin saber si existe alguna relación entre el número de recidivas experimentadas por una mujer si tiene más de un embarazo. Si dicha relación existiese, los neurólogos podrían asesorar correctamente a las mujeres con EM en su primer embarazo.

Este estudio se centró en un grupo de 93 mujeres francesas e italianas con EM que tuvieron dos embarazos consecutivos. Los investigadores evaluaron el riesgo de recidivas durante el embarazo y en los primeros tres meses después del parto en ambos embarazos.

Los resultados mostraron que no había diferencias en la actividad de la enfermedad entre los dos embarazos. Tampoco hubo diferencias entre los brotes de rebote después del embarazo, cuando los investigadores compararon el primer  y el segundo embarazo.

Por tanto, los investigadores indican que el asesoramiento a las mujeres con EM que se estén planteando tener un segundo bebé debería ser el mismo que en el caso del primero. Durante el asesoramiento, los médicos deberían abordar tanto los efectos protectores del embarazo contra las recidivas como la mayor probabilidad de padecer nuevas recidivas en los primeros tres meses después del nacimiento del bebé.

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