La EM es una enfermedad compleja que resulta de la interconexión entre factores naturales (genéticos) y ambientales. La escasez de vitamina D es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. La exposición a la luz del sol (radiación ultravioleta) ayuda a que el cuerpo active la vitamina D.

Las personas que viven en zonas con latitudes geográficas mayores suelen recibir menos cantidad de luz solar y, por tanto, presentar niveles más bajos de vitamina D. Esto explicaría por qué la incidencia de la EM es mayor en países a mayor latitud.

En este estudio multicentro, dirigido por la Universidad de Tasmania en Australia, los autores comprobaron los informes de más de 20 000 personas con EM de más de 21 países, a los que tuvieron acceso a través de la base de datos MSBase.Descubrieron que aquellas personas que provenían de países a mayor latitud presentaban un inicio de la enfermedad más temprano (aproximadamente 2 años antes).

Los autores basan sus resultados en función de la cantidad de luz solar (radiación ultravioleta B) que reciben dichos países. La investigación arrojó que aquellas personas que reciben menor radiación ultravioleta ambiental presentaban el inicio de la enfermedad unos dos años antes.

Estos resultados destacan el papel de los factores ambientales en la enfermedad, así como el de la exposición a la luz solar en el cambio de los riesgos de desarrollarla.

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