• La atrofia cerebral o la contracción del cerebro es un proceso normal del envejecimiento, que se puede dar con mayor celeridad en personas con EM
  • La tasa de atrofia cerebral puede ser un indicador importante del avance de la enfermedad
  • La atrofia cerebral puede ser un importante indicador de la RM que ofrece más información, aparte de las lesiones cerebrales

La atrofia cerebral o encogimiento cerebral es un proceso normal del envejecimiento que todos sufrimos alrededor de los 25 años. Existen muchas teorías sobre por qué ocurre esto y es posible que existan diferentes factores que influyan en la velocidad a la que nuestros cerebros pierden volumen.

De media, perdemos entre el 0,5 % y el 1 % de nuestro volumen cerebral cada año. Aunque esto varía dependiendo de la persona, para aquellas que viven con EM este porcentaje puede ser ligeramente mayor. Para medir la tasa de atrofia cerebral se necesitan realizar exploraciones con RM de alta calidad y cálculos complejos para determinar el volumen del cerebro y la cantidad que cambia con el tiempo: un procedimiento complicado.

Aunque es complicado, este proceso puede facilitar información de interés sobre la atrofia cerebral más allá de las lecturas de la RM, como la ubicación y el tamaño de las lesiones cerebrales. Aunque las lesiones se usan de forma rutinaria como indicadores, su número, tamaño y ubicación no siempre están relacionados con la discapacidad que una persona pudiera tener o desarrollar.

Es muy importante disponer de buenos indicadores para predecir el desarrollo de la enfermedad y controlarla con exactitud para ayudar a prevenir la acumulación de discapacidades y detener el avance de la actividad de la enfermedad.

Un grupo de científicos internacionales del Reino Unido, Europa y los EE. UU. han llevado a cabo un estudio sobre la atrofia cerebral en personas con EM primaria progresiva. En este estudio, publicado en Annals of Clinical and Translational Neurology, utilizaron el grupo de control (no tratado) que participa en un ensayo clínico de fingolimod en la EM progresiva, conocido como el ensayo INFORMS. Al usar este grupo, los investigadores tuvieron la ocasión de utilizar la información exhaustiva recopilada con anterioridad sobre estas 487 personas con EM primaria progresiva, incluidas varias RM de sus cerebros y otros exámenes clínicos.

Durante el estudio, los participantes presentaron bajos niveles de inflamación en el cerebro como lo indican las lesiones nuevas o crecientes que se aprecian en la RM, a pesar del avance continuo de la discapacidad. También presentaron un nivel bajo de recaídas, aunque las RM aportaron pruebas de la existencia de una importante actividad inflamatoria previa.

Sin embargo, cuando los científicos examinaron la tasa de pérdida de volumen cerebral, hallaron que existía una relación entre la cantidad de volumen cerebral perdido y el avance de la discapacidad. Las personas que experimentaron una mayor pérdida de volumen cerebral sufrieron una mayor discapacidad y un avance más acentuado de la enfermedad al final del período de estudio. Estos resultados indican que existe una relación entre la pérdida de volumen cerebral y el avance de la enfermedad en personas con EM primaria progresiva, que coincide con los datos de aquellos con EM recurrente-remitente.

En este estudio, la falta de inflamación activa, tal y como se aprecia en las lesiones de las RM de personas con EM primaria progresiva, indica que la pérdida de volumen cerebral no depende de los niveles de inflamación del cerebro. Esto puede explica por qué algunos tratamientos antiinflamatorios que han funcionado bien en la EM recurrente-remitente no funcionan de la misma manera en la EM primaria progresiva.

Uno de las dificultades a las que se enfrenta el desarrollo de medicamentos para la EM primaria progresiva es la falta de indicadores en ensayos clínicos para determinar si alguna intervención es efectiva o no. Los resultados de este estudio refuerzan la idea de que las nuevas lesiones o las lesiones que van en aumento, como se puede apreciar en la RM, no son indicadores adecuados para la EM primaria progresiva. En cambio, las mediciones de volumen cerebral podrían ser, en parte, un indicador adecuado para ayudarnos a encontrar, de forma más rápida, nuevos fármacos para tratar la EM progresiva. Otro estudio actual relacionado indica que la pérdida de volumen cerebral en zonas específicas del cerebro puede ser un indicador más susceptible para el avance de la enfermedad que el volumen total del cerebro.

Agradecimiento a MS Research Australia – proveedor principal de resúmenes de investigación en nuestro sitio web.