El Dr. Arman Eshaghi recibió una beca de la Federación Internacional McDonald de EM para viajar desde Irán y dirigir un proyecto de investigación en Queen Square, Londres, en el que se investiga la pérdida de volumen cerebral en la EM.

La pérdida de tejido cerebral, conocida como atrofia, sucede de forma más rápida en personas con EM y parece estar relacionada más estrechamente con la acumulación de la discapacidad que con las recaídas y las lesiones.

En un estudio nuevo, el Dr. Eshaghi ha demostrado que hay zonas específicas del cerebro afectadas por la atrofia y que éstas están afectadas en un orden específico a medida que pasa el tiempo.

Este tipo de investigación podría plantear la posibilidad de determinar la «fase» de daños en el cerebro por causa de la EM y un planteamiento terapéutico más personalizado.

La EM se desencadena porque el sistema inmunológico ataca por error al cerebro y la médula espinal. La mayoría de los tratamientos para la EM disponible en estos momentos tienen como objetivo reducir esos ataques para prevenir que se produzcan más daños.

No obstante, hay también otro componente de la EM: la pérdida de tejido cerebral a medida que pasa el tiempo. La pérdida de volumen cerebral, o atrofia cerebral, nos ocurre a todos a medida que envejecemos, pero sucede de forma más rápida en personas con EM. Estudios anteriores han demostrado además que, en la EM, esta pérdida de volumen cerebral puede ser un rasgo temprano de la enfermedad y parece estar relacionada con la acumulación de discapacidad a medida que pasa el tiempo, más que con la cantidad de recaídas o lesiones en el cerebro.

A causa de esta relación con la discapacidad, hay mucho interés en este proceso de pérdida de volumen cerebral. Parece que ciertas partes del cerebro son más propensas a la atrofia que otras.

La nueva investigación dirigida por el Dr. Arman Eshaghi en el grupo de investigación de EM de Queen Square de Londres ha demostrado que la atrofia tiene lugar en una secuencia específica. El Dr. Eshaghi es iraní y en estos momentos ocupa un puesto de becario en MSIF McDonald.

Estas becas permiten a los investigadores jóvenes de países emergentes trabajar en una institución de investigación fuera de su país. Al final de la beca, los investigadores vuelven a casa para utilizar sus nuevas capacidades y redes de contactos para mejorar la investigación y el cuidado de la EM en sus propios países.

El Dr. Eshaghi investigó la pérdida de volumen cerebral en personas con tipos diferentes de EM, personas con síndrome clínico aislado (un posible precursor de la EM) y personas sin EM. En el estudio, que investigaba las zonas con pérdida de volumen cerebral utilizando resonancia magnética (RM), participaron 1424 personas. Estudiando a la totalidad de la población, el Dr. Eshaghi pudo determinar las zonas afectadas por la pérdida de volumen cerebral y, por primera vez, identificó el orden en el que las regiones se veían afectadas.

El Dr. Eshaghi sospechó que el patrón de perdida de tejido cerebral podría ser diferente en las personas que comenzaban con EM recurrente en comparación con las personas con EM primaria progresiva. De hecho, la secuencia de pérdida de volumen cerebral fue razonablemente coherente entre los diversos tipos de EM. Las zonas del cerebro conocidas como corteza cingular posterior, precuña, tálamo y tallo cerebral se veían afectadas en fases más tempranas de EM, independientemente del tipo de EM que tenía la persona. El vínculo común entre todas esas zonas es que son partes del cerebro con muchas conexiones nerviosas, lo que quizá sugiere que este tipo de zonas, que consumen mucha energía y están conectadas a muchas otras zonas del cerebro, podrían ser más vulnerables en la EM.

Otros resultados

Análisis adicionales de personas con EM en el estudio demostraron que otras regiones del cerebro conocidas como ínsula, accumbens y caudado también eran propensas a sufrir pérdidas de tejido en las etapas iniciales de la enfermedad. Estas regiones podrían formar parte de las vías cerebrales que participan en la fatiga y en la función cognitiva, que con frecuencia son los síntomas más tempranos que las personas con EM dan a conocer.

Además, el Dr. Eshaghi investigó los cambios del volumen cerebral a medida que pasaba el tiempo en los individuos. Descubrió que la tasa de pérdida de volumen cerebral estaba relacionada con el periodo de tiempo que el individuo había vivido con EM, independientemente del tipo de EM que tuvieran. En las personas con EM recurrente-remitente, la pérdida de volumen cerebral estaba independientemente relacionada   con el nivel de discapacidad.

Esta investigación constituye un gran avance en la mejora de nuestra comprensión de la EM. Si bien este estudio es solo el primer paso, la futura investigación en este ámbito podría hacer posible la categorización de la «fase» de pérdida de volumen cerebral de un individuo. Esto podría ayudar a identificar a grupos de personas que podrían beneficiarse de tipos específicos de terapias según la fase de la enfermedad en la que se encuentren o identificar a personas para ensayos clínicos. Esto, a su vez, podría traducirse en resultados de ensayos clínicos mejores y más significativos y, con el tiempo, podría mejorar las decisiones de tratamientos para personas con EM en su clínica.

Agradecimiento a MS Research Australia – proveedor principal de resúmenes de investigación en nuestro sitio web.