Los medicamentos para la EM suprimen o modifican el sistema inmunitario. Si un paciente interrumpe repentinamente el uso de los medicamentos recetados, en ocasiones la EM puede provocar brotes más graves que los anteriores. Esto se debe a que la influencia inhibidora que tiene el medicamento en el sistema inmunitario se interrumpe de repente, lo que se conoce como síndrome de rebote.

Puede observarse, por ejemplo, en mujeres que desean quedarse embarazadas y el neurólogo debe interrumpir el tratamiento, o en personas con EM que padecen efectos secundarios no deseados al tomar un medicamento.

Los investigadores han detectado síndrome de rebote con un medicamento inyectable en la EM conocido como natalizumab (o tysabri). No obstante, no se sabe con certeza si un comprimido oral común conocido como fingolimod (o gilenya) puede provocar una exacerbación similar de la enfermedad.

Un grupo de investigadores de San Francisco (California) estudió los historiales médicos de 46 personas con EM que habían interrumpido el consumo de fingolimod por distintos motivos. Cinco de ellas experimentaron un empeoramiento grave de los síntomas (o síndrome de rebote).

Los investigadores advierten a los médicos y a las personas con EM que deban interrumpir la administración de fingolimod por cualquier motivo, que lo hagan gradualmente.

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