Kimiko from Japan was diagnosed with MS in 1970. Credit: Shiho Fukada, Panos Pictures

  • Los estudios indican que entre el 52 % y el 90 % de las personas con EM experimentan cansancio, y la mayoría lo describe como uno de los tres síntomas más molestos.
  • Un nuevo estudio internacional de más de 500 personas con EM ha revelado por primera vez que el cansancio está relacionado con niveles más altos de discapacidad, niveles más altos de depresión y ansiedad, y una función cognitiva y sueño más deficiente en personas con EM.
  • Este tipo de información es muy valiosa, especialmente para los expertos que pueden desarrollar intervenciones con objetivos específicos para ayudar mejor a las personas con EM a controlar su cansancio, que sigue siendo uno de los síntomas más difíciles de tratar.

El cansancio es uno de los síntomas más habituales de la EM y existen estudios que indican que entre el 52 % y el 90 % de las personas con EM lo sufren. La mayoría de las personas con EM que experimentan cansancio lo describen como uno de sus tres síntomas más molestos. Definido como una sensación de falta prolongada de energía física y/o mental, el cansancio puede reducir significativamente la calidad de vida de las personas con EM. Además, MS Research Australia ha apoyado el Australian MS Longitudinal Study (Estudio Longitudinal de EM en Australia), que ha demostrado previamente que el cansancio es la causa que con mayor frecuencia se incluye en la lista de síntomas que contribuyen a la pérdida de empleo en personas con EM en Australia.

Aunque se sabe que el cansancio es más frecuente en las formas progresivas de EM, existe poca información sobre de su relación con las características clínicas de la EM, como la discapacidad, la ansiedad, la depresión, las facultades cognitivas y la calidad del sueño, y otros factores demográficos como el sexo, la edad y la duración de la EM.

Un estudio recientemente publicado, dirigido por el Dr. Scott Rooney y sus colegas de la Universidad de Glasgow Caledonian en Escocia, analizó estas relaciones en formas de EM progresivas y no progresivas.

El estudio incluyó una encuesta online para recopilar información a nivel internacional de aproximadamente 500 personas con EM con la ayuda de organizaciones de EM de los EE.UU., el Reino Unido y Australia.

La mayoría (82 %) de los encuestados eran mujeres, con una edad media de 46 años, y llevaban con la enfermedad una media de 9,6 años después del diagnostico. En este estudio, las personas con EM progresiva tenían una edad mucho mayor que la edad media del estudio, llevaban con la condición más tiempo y presentaron niveles más altos de discapacidad y desempleo en comparación con los participantes con EM no progresiva.

Los resultados revelaron que el 70 % de las personas con EM de este estudio experimentaron cansancio, en línea con otros estudios publicados, confirmando que el cansancio es un síntoma habitual de la EM. Un mayor número de participantes con EM progresiva (81 %) experimentaron cansancio en comparación con aquellos con formas no progresivas de EM (64 %), lo que también es consistente con publicaciones anteriores. Sin embargo, lo más importante es que este estudio ha indicado por primera vez que el cansancio está relacionado con niveles más altos de discapacidad, niveles más altos de depresión y ansiedad, y una función cognitiva y sueño más deficiente en personas con EM. Estos resultados fueron similares en personas con EM progresiva y no progresiva.

Este tipo de estudios contribuyen en gran medida en nuestra comprensión de los factores que influyen en el cansancio y cómo éste puede influir en otros síntomas de la EM. Los expertos cuentan con ese tipo de información para poder desarrollar intervenciones de forma cuidadosa con objetivos específicos para ayudar a las personas con EM a gestionar el cansancio y mejorar su calidad de vida.

Gracias a MS Research Australia, el proveedor líder de resúmenes de investigación en nuestro sitio web.