James D. Wolfesohn, que fue presidente de la Federación Internacional de EM (MSIF) de 1977 a 1983, falleció a los 86 años.

Quienes conocieron a Wolfensohn saben que sus reuniones eran una fuente inagotable de inspiración y motivación. Tenía una potencia digna de ser reconocida, y desempeñaba funciones de liderazgo mundial mientras trabajaba día y noche para hacer del mundo un lugar mejor.

Se desempeñó como presidente del Banco Mundial por dos mandatos y demostró un compromiso valioso con el arte a través de su cargo de presidente en el Carnegie Hall. Es posible que muchas personas recuerden a Wolfensohn por esto, pero constituye solo una parte de su historia.

La historia y el presente del movimiento de MSIF le reservan un lugar especial. Su primer contacto con la EM fue a través de su amistad con la violonchelista de prestigio internacional Jacqueline Du Pré, que tenía EM progresiva. Du Pré le empezó a enseñar a tocar el violonchelo a Wolfensohn cuando este tenía 42 años, con la condición de que debía interpretar en un concierto para su cumpleaños número 50. El marido de Du Pré, el prestigioso director de orquesta y pianista Daniel Barenboim, le recordó a Wolfensohn la promesa que había hecho, y el concierto por su cumpleaños se hizo en el Carnegie Hall, en Nueva York, el 1 de diciembre de 1983.‎

Por su propia iniciativa, se hicieron otros conciertos benéficos que ayudaron a financiar los proyectos iniciales de investigación de MSIF. Desde ese entonces, algunas de las becas de investigación de MSIF llevaron el nombre de Jacqueline Du Pré. Al honrar los deseos Wolfensohn, ahora hacen posible que investigadores de EM de países de ingresos medianos y bajos consigan plaza en centros de investigación de renombre en todo el mundo y que contribuyan a la labor que allí se desarrolla.

Wolfensohn siguió ocupando un lugar importante en la comunidad de EM, ya sea al respaldar la relación de MSIF con la comunidad de EM en China o al escribir el prefacio de nuestro Informe sobre el impacto económico de EM de 2010. Desde el momento en que se desempeñó como presidente de MSIF, aportó recursos económicos para el trabajo de las personas que viven con EM o que están afectadas por ella, para ayudarlas a mantenerse activas en el movimiento global de MSIF.

Peer Baneke, director ejecutivo de MSIF, reflexiona sobre su relación con Wolfesohn:

‎’Coincidimos tres veces, y en esas tres veces me sentí inspirado. No me trató con superioridad y no tuvo ningún inconveniente en dar consejos, casi como al asumir un rol de mentor (al ser yo por 20 años su subordinado), sobre los desafíos de la cooperación internacional, que para él implicaba no solo el trabajo del Banco Mundial sino la inversión de su propio tiempo como presidente de MSIF.”

“Quería estar siempre al tanto de lo que sucediera. La última vez que nos vimos fue en enero de este año. En esta última ocasión, estaba frágil. Me alegra haber tenido la oportunidad de agradecerle en nombre de todos los que formamos parte de este movimiento mundial”.

Mire un video de un discurso de Wolfensohn en 2011 sobre su vínculo con EM y los premios de investigación de MSIF.