Un grupo de investigadores de la red colaborativa de investigación de la Alianza Internacional de EM Progresiva, dirigido por el profesor Francisco Quintana del hospital universitario Brigham and Women’s de Harvard, encontró que un conjunto de células del cerebro (los astrocitos) podría responder a las bacterias intestinales (la microbiota) para contener la inflamación cerebral, como la que ocurre con la esclerosis múltiple. Si se logra determinar cómo aprovechar esta actividad beneficiosa, se podrían desarrollar nuevas estrategias de tratamientos de EM, como el uso de probióticos para modificar el equilibrio de las bacterias intestinales.

  • Los astrocitos se encuentran en grandes cantidades en el cerebro y la médula espinal, y, además de servir de soporte para otras células del cerebro, son capaces de provocar una degeneración del sistema nervioso e inflamación, según investigaciones.‎
  • Los estudios de este equipo sugieren que una subpoblación específica de astrocitos puede detener la inflamación del cerebro, en respuesta a señales reguladas por las bacterias del intestino.‎
  • Utilizaron herramientas avanzadas de análisis de genes y de proteínas para identificar el subconjunto de astrocitos (denominados LAMP1+ TRAIL+), que se encuentran cerca de la membrana que recubre el cerebro (meninges). Sus características les permiten expresar proteínas que pueden inducir la muerte de las células T inmunes que favorecen la inflamación. Otros trabajos encontraron que sus proteínas están reguladas por un mensajero inmune (el interferón gamma) que recibe instrucciones de las bacterias del intestino.‎
  • Investigar más a fondo para entender los mecanismos de estos astrocitos que impulsan las funciones antiinflamatorias potencialmente beneficiosas podría ayudar a labrar nuevos caminos terapéuticos para combatir la esclerosis múltiple, como el uso de probióticos específicos que activen este proceso antiinflamatorio.‎
  • El equipo también encontró que ciertos tumores cerebrales usan esta misma ruta biológica para evitar su destrucción por parte de la respuesta inmune del cuerpo, por lo que esta investigación también podría dar lugar a nuevos tratamientos para estos tumores.‎
  • Esta investigación fue financiada por la Alianza Internacional de EM Progresiva, los NIH de EE. UU. y otras entidades.‎

‎«Este es un mecanismo novedoso por medio del cual el intestino controla la inflamación del cerebro», señaló el doctor Quintana. «Tenemos una lista de otras poblaciones de astrocitos y estamos trabajando para ver cómo la flora intestinal puede regularlas».

Sanmarco, Michael A. Wheeler, Francisco Quintana (hospital universitario Brigham and Women’s e instituto Broad del MIT y Harvard) y otros colaboradores internacionales se publicó el 6 de enero de 2021 en la revista Nature.