‎¿Causa EM el VEB?

No se sabe con certeza qué causa EM, pero probablemente se origine debido a una combinación de factores genéticos, del entorno y del estilo de vida. Es difícil afirmar que un factor por sí solo definitivamente causa EM o que una combinación de factores distintos aumenta el riesgo de desarrollar EM. No obstante, un nuevo estudio importante respalda la evidencia que indica que el virus de Epstein-Barr (VEB) podría ser uno de esos factores de riesgo.

‎¿Qué es el VEB?

El VEB es un tipo de virus del herpes. Es uno de los virus más comunes, que se encuentra en nueve de cada diez personas en todo el mundo. Se transmite a través de fluidos corporales, como la saliva. Puede causar mononucleosis infecciosa, también conocida como fiebre glandular. Después de que el cuerpo se recupera de la enfermedad, el VEB permanece “latente” en él y crea una infección oculta de por vida.

‎¿Cómo está relacionado el VEB con EM?

Después de que el cuerpo humano combate a un virus, el sistema inmunológico deja partes del invasor detrás, que se conocen como antígenos. El cuerpo reconoce a los antígenos y estimula la producción de anticuerpos para ayudar al sistema inmunológico a reconocer al virus en el caso de una invasión nueva. Los anticuerpos contra el VEB se han vinculado con varios tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes, entre las que se incluye EM. Los estudios indican que los anticuerpos contra el VEB ocultos pueden interactuar con el sistema inmunológico y el sistema nervioso, y originar la enfermedad.

Diversos estudios han detectado un vínculo entre el VEB y EM, y se ha descubierto que el 99 % de las personas con EM tenía anticuerpos contra el VEB. De manera análoga, la mayoría de las personas sin anticuerpos contra el VEB mostró una tendencia a no desarrollar EM.

‎¿Qué demuestra la investigación nueva?

El profesor Alberto Ascherio y sus colegas de Harvard T.H. Chan School of Public Health en Cambridge, EUA, realizaron un seguimiento de diez millones de efectivos militares de los EE. UU. a lo largo de veinte años. Querían descubrir si la infección por VEB aumentaba el riesgo de desarrollar EM.

Al inicio del estudio, tomaron muestras de sangre de todos y registraron el nivel de anticuerpos contra el VEB para determinar si las personas habían tenido una infección por VEB en el pasado. A continuación, tomaron muestras de sangre cada dos años para evaluar si las personas que no habían tenido la infección anteriormente ahora sí mostraban indicios de haberla tenido. El grupo también registró el nivel de luz del neurofilamento (NfL, por sus siglas en inglés). La NfL consiste en un biomarcador, es decir, un elemento que nos puede indicar el estado de una enfermedad. A menudo, la NfL se detecta en la sangre de personas que tuvieron algún tipo de daño cerebral o en el sistema nervioso, como el que sucede cuando la mielina se descompone debido a EM. En las personas que luego desarrollan EM, el nivel de NfL en la sangre es alto hasta seis años de la aparición de síntomas de EM. Ascherio y sus colegas descubrieron que, en personas con EM, la NfL solo se incrementaba después de una infección por VEB. Este descubrimiento llevó a que los investigadores consideren que la infección por VEB se produjo antes del inicio de EM.‎

De los diez millones de personas que participaron en el estudio, 801 recibieron un diagnóstico de EM, de las cuales 800 tenían anticuerpos contra el VEB. Se descubrió que tenían 32 veces más riesgo en general de desarrollar EM después de la infección por VEB. El grupo también analizó otros virus, como el citomegalovirus (CMV), otro virus común en los seres humanos. No detectaron ningún cambio en el riesgo de desarrollar EM después de la infección por CMV.

El alto incremento en el riesgo en personas infectadas con VEB, junto con la gran cantidad de personas que participaron en el estudio, muestran indicios sólidos de que el VEB podría ser un factor de riesgo importante para desarrollar EM.

‎¿Qué significan estos resultados para las personas afectadas por EM?

Estos resultados indican que los anticuerpos contra el VEB están vinculados con un incremento en el riesgo de desarrollar EM. No obstante, dado que la mayoría de las personas con una infección por VEB no desarrollan EM, el VEB por sí solo no es suficiente para causar EM. Ahora necesitamos comprender por qué algunas personas que se han infectado con VEB desarrollan EM, mientras que otras no.

Existe un retraso de alrededor de diez años entre la detección de los anticuerpos contra el VEB y la aparición de los síntomas de EM. No está claro el motivo, pero cada vez más evidencia indica que existe una fase temprana de EM, denominada fase prodrómica. En esta fase, se considera que se está desarrollando EM en el cuerpo, aunque la persona no sufra los síntomas típicos de EM. Durante esta etapa, es posible que los anticuerpos contra el VEB ya estén empezando a combatir las defensas de los sistemas inmunológico y nervioso.

Debido a que no hay una manera de evitar la infección por VEB, es posible que la vacuna contra el VEB sea la respuesta. Además, si el VEB constituye un factor de riesgo de EM, sería posible desarrollar una vacuna contra el VEB para prevenir EM. Hay muchos investigadores que realizan investigaciones acerca de vacunas contra el VEB, así como tratamientos dirigidos contra el VEB en personas que ya tienen EM. La empresa farmacéutica Moderna comenzó un ensayo de fase I de una posible vacuna contra el VEB en enero de 2022, para evaluar su seguridad en voluntarios sanos. No sabremos los resultados de estos estudios por un tiempo, pero tendrán implicaciones importantes para la prevención y el tratamiento de EM en el futuro.‎

Qué opinan los miembros de MSIF acerca de este estudio