• ‎La EM secundaria progresiva (EMSP) es una forma de EM que generalmente sigue a la EM recurrente remitente (EMRR). No es fácil determinar en qué momento puede pasarle a una persona, si es que alguna vez sucede.
  • Por lo tanto, existe una necesidad urgente de identificar los factores de riesgo que influyen para que una persona desarrolle EM recurrente remitente a EM secundaria progresiva.
  • Un importante estudio internacional ha analizado las cohortes con EM recurrente remitente para identificar características demográficas y clínicas que pueden estar relacionadas con un mayor riesgo de desarrollar EMSP.
  • El estudio descubrió varios factores que influyen en la conversión a EM secundaria progresiva, allanando el camino para que los médicos puedan identificar a personas en riesgo de conversión con anterioridad.

¿Por qué son importantes los factores de riesgo?

Se han realizado estudios previos que analizan factores relacionados con el desarrollo de EMSP. La mayoría de estos estudios se han limitado a ciertas ubicaciones geográficas, únicamente han analizado factores en los primeros años después del inicio de la EM o consisten en personas que no han recibido tratamiento.

Si no se aplica un tratamiento, hasta el 80 % de las personas con EMRR están en riesgo de desarrollar EMSP, pero sabemos que con el tratamiento este número es mucho más bajo. Sin embargo, cuando una persona desarrolla EMSP, los tratamientos actuales no son tan eficaces. Existe una necesidad urgente de identificar los factores de riesgo que pueden anticipar la progresión de EMRR a EMSP, teniendo en cuenta el panorama actual de tratamientos disponibles para la EM.

¿Cuáles son las novedades en esta área de investigación?

Un importante estudio internacional ha utilizado información de MSBase, una base de datos clínica global, para analizar los factores que influyen en el desarrollo de EMSP. MSBase recopila información sobre tratamientos y resultados de miles de personas con EM de todo el mundo. El estudio incluyó múltiples análisis demográficos, datos clínicos, así como datos de resonancias magnéticas (RM) y líquido cefalorraquídeo (LCR, que es el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal) en personas con EMRR. El estudio fue publicado en la revista Multiple Sclerosis Journal.

El primer análisis se centró en factores demográficos como la edad y el sexo, y datos clínicos como la duración de la enfermedad, el número de recaídas por año, el número de recaídas en el año anterior, la duración del tratamiento modificador de la enfermedad (TME) y la progresión de la discapacidad en más de 15.000 personas. El segundo análisis incluyó información clínica, además de información cerebral de RM, información de RM de la médula espinal o LCR, y su relación con la conversión a EMSP.

¿Qué indican los resultados?

De las 15.700 personas incluidas en el primer análisis, el 85 % recibió TME y el 10 % progresó a EMSP. El tiempo medio de conversión fue de 32,4 años. Una mayor discapacidad, una rápida progresión de la discapacidad, un mayor número de recaídas en el año anterior, una mayor duración de la enfermedad y una edad más elevada se asociaron con un mayor riesgo de EMSP. Los TME y una mejora en la discapacidad basada en la escala ampliada del estado de discapacidad (EDSS, por sus siglas en inglés) se asociaron con un menor riesgo de EMSP.

Los datos de la mayoría de RM cerebrales confirmaron estos resultados. Sin embargo, en este segundo grupo de análisis más pequeño, el uso de TME, el número de recaídas en el año anterior y las pruebas de las RM sobre la actividad de la enfermedad no se asociaron con el riesgo de EMSP. Para las personas de las que se disponían datos de RM de la médula espinal, las lesiones de la médula espinal no se asociaron con el riesgo de EMSP. Para aquellas personas con información del LCR, no se encontró ninguna relación entre la presencia de bandas oligoclonales (las bandas de anticuerpos) en el LCR y el desarrollo de la EM.

¿Qué significa todo esto?

Estos importantes resultados demuestran que el riesgo de conversión de EMRR a EMSP aumenta a medida que aumenta la edad, con una mayor duración de la enfermedad, una mayor discapacidad, una progresión rápida de la discapacidad y un mayor número de recaídas en el año anterior, y se reduce con una mejor recuperación de la discapacidad. También demuestran que los TME pueden reducir el riesgo de conversión a EMSP, lo cual está corroborado por otros estudios. El tiempo medio desde el inicio de la EM hasta la EMSP se ha incrementado de 15 a 30 años en las últimas dos décadas, y este estudio lo ha confirmado, haciendo hincapié en la eficacia de las opciones de tratamiento disponibles para las personas con EM.

Estos resultados serán importantes para que los médicos puedan identificar a las personas que presentan un alto riesgo de desarrollar EMSP en una etapa anterior. Por lo tanto, las intervenciones que se inician con anterioridad pueden reducir la probabilidad de que las personas desarrollen EMSP.

Agradecimiento a MS Research Australia – proveedor principal de resúmenes de investigación en nuestro sitio web.