Los biomarcadores nos brindan más información sobre el organismo o el estado de una enfermedad. Al igual que cuando revisamos el aceite en un automóvil, un biomarcador es un indicador de cómo está funcionando el cuerpo. Un biomarcador es algo que podemos detectar y medir con facilidad, ya sea un signo clínico, una molécula o una imagen del cerebro. Los biomarcadores se pueden utilizar para realizar un diagnóstico de EM, medir la progresión de la enfermedad y predecir la aparición de la enfermedad. También pueden indicarnos si un tratamiento para EM funciona de manera eficaz. Existen varias formas de medir los biomarcadores, entre ellos, los análisis de sangre, análisis de orina, punciones lumbares y exploraciones del cerebro o la médula espinal.

¿Qué biomarcadores tenemos en el conjunto de herramientas de EM?

Actualmente, se están estudiando y utilizando varios biomarcadores en ensayos clínicos. A continuación se indican algunos ejemplos.

Imágenes por resonancia magnética del cerebro o la columna vertebral

En una IRM o “imagen por resonancia magnética” se utilizan fuertes campos magnéticos y ondas de radio para tomar fotografías detalladas del cerebro o la médula espinal. La imagen por resonancia magnética es el biomarcador más utilizado hasta la fecha. Puede mostrar la cantidad, la edad y el tamaño de las lesiones en el cerebro. Esto puede ayudarnos a realizar un diagnóstico de EM y enseñarnos sobre la progresión de EM.

La medición de bandas oligoclonales en el líquido cefalorraquídeo

A veces, los médicos realizan prueban para medir las llamadas “bandas oligoclonales”, que muestran la actividad de la enfermedad. Aproximadamente entre el 80 % y el 95 % de las personas con EM tienen bandas oligoclonales en el líquido cefalorraquídeo. Una punción lumbar, también conocida como punción espinal, permite a los médicos medir las bandas oligoclonales. Esto puede ayudarlos a realizar un seguimiento de la actividad continua de EM y evaluar la respuesta al tratamiento.

La medición de los neurofilamentos en la sangre

Los neurofilamentos de cadena ligera (NfL, por sus siglas en inglés) han recibido mucha atención últimamente. Los neurofilamentos son los componentes básicos de los axones, fibras nerviosas que conectan las neuronas y transmiten mensajes por todo el cuerpo. Son de diferentes tamaños: pesados, medianos y ligeros. Los nervios dañados liberan neurofilamentos a la sangre o al líquido cefalorraquídeo, que pueden medirse con un simple análisis de sangre. Los neurofilamentos de cadena ligera no aparecen solo en pacientes con EM; también se observan en la enfermedad de Parkinson y en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). A pesar de esto, los NfL son un biomarcador de EM prometedor, ya que pueden brindarnos más información sobre la discapacidad y la progresión.

¿Cuáles son las perspectivas?

Los biomarcadores son muy importantes. Si diagnosticamos y tratamos la EM de manera temprana, podríamos reducir el riesgo de EM, retrasar la progresión de la discapacidad y demorar la aparición de EM progresiva.

La medición de los NfL en sangre aún no se usa de manera rutinaria en clínicas o en ensayos clínicos, pero se han analizado los NfL en varios estudios. Tanto en la forma remitente-recurrente como en la forma progresiva de EM, las concentraciones de NfL en el suero de la sangre se correlacionan con los niveles de discapacidad y los resultados de las resonancias magnéticas. Los NfL pueden predecir el curso de la enfermedad y la respuesta a las terapias. Cuando la enfermedad empeora o mejora, los niveles de NfL aumentan o disminuyen en consecuencia. Al tener en cuenta también la conveniencia de medir los NfL en sangre, es un biomarcador muy prometedor.

Muchos estudios aún están en curso, tanto en la forma remitente-recurrente de EM como en la forma progresiva de EM. Por ejemplo, necesitamos definir con claridad el modo en que las terapias específicas para EM afectan los niveles de NfL. Necesitamos entender cómo se relacionan los niveles de NfL con la presentación clínica y los resultados de las imágenes. Necesitamos estandarizar la forma de preparar y medir los NfL en la práctica. También debemos asegurarnos de que se aplique el mismo estándar en todo el mundo, de modo que podamos comparar los resultados a nivel mundial. Progressive MS Alliance, que trabaja a nivel mundial para acelerar el desarrollo de terapias para EM progresiva, está trabajando para abordar estos problemas.

Una vez que se respondan estas preguntas, es posible que podamos utilizar las mediciones de NfL de forma rutinaria en clínicas y ensayos clínicos.

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