¿Qué son genes?

Los genes contienen información para el cuerpo, como los planos de los distintos tipos de proteínas. Cuando nacemos, nuestros padres nos transfieren genes, en pares. Recibes una mitad de tu madre y la otra de tu padre. En esos genes, suelen producirse errores o “variantes”. Algunas variantes genéticas pueden ser útiles; p. ej., para reducir la probabilidad de padecer una enfermedad. Otras variantes son inofensivas, ya que solo cambian la forma en la que percibimos el sabor o nuestra capacidad de tolerar alimentos picantes como el chile o ají. Pero también existen variantes que pueden aumentar nuestro riesgo de desarrollar distintas enfermedades como la esclerosis múltiple.

Cómo prever el riesgo de una enfermedad a través de los genes

Algunas enfermedades son causadas principalmente por defectos genéticos, como la enfermedad de Huntington, una enfermedad hereditaria que daña el cerebro con el paso del tiempo. Si el padre o la madre tiene la enfermedad de Huntington, su hijo tiene un 50 por ciento de riesgo de desarrollar la misma enfermedad.

Sin embargo, el riesgo es más difícil de predecir en la esclerosis múltiple, ya que se cree que es producto de una combinación de factores genéticos y ambientales.

¿Cuál es el nivel de riesgo si hay antecedentes de esclerosis múltiple en la familia?

No se cree que la esclerosis múltiple sea una enfermedad hereditaria. Sin embargo, el riesgo de contraerla es mayor en los familiares de una persona con la enfermedad que en la población general, especialmente en el caso de hermanos, padres e hijos.

El riesgo de desarrollar esclerosis múltiple depende del grado de parentesco con un miembro de la familia con esclerosis múltiple. En el caso de gemelos idénticos y afecciones hereditarias, como la enfermedad de Huntington, los dos o ninguno de ellos tendrán la enfermedad porque sus genes son los mismos. Sin embargo, si un gemelo idéntico tiene esclerosis múltiple, el riesgo de que el otro gemelo desarrolle la misma enfermedad a lo largo de su vida es de entre 20 y 30 por ciento. Por eso, los investigadores coinciden en que la esclerosis múltiple no es sencillamente una enfermedad genética.

El riesgo de que un hermano desarrolle esclerosis múltiple a lo largo de su vida es de entre el 1 y 3 por ciento. Curiosamente, los gemelos no idénticos que comparten la mitad de sus genes, al igual que los hermanos, son un caso aparte. Si un gemelo no idéntico tiene esclerosis múltiple, el riesgo del otro gemelo de desarrollar esclerosis múltiple es de alrededor de un 5 por ciento.

¿Por qué los gemelos no idénticos tienen un mayor riesgo en comparación con los hermanos que no son gemelos? Podría deberse a que los gemelos no idénticos viven en un entorno más parecido al de hermanos de distintas edades. Los factores ambientales, como la exposición a distintos virus, bajos niveles de vitamina D y fumar, son responsables de gran parte del riesgo que tiene una persona de desarrollar esclerosis múltiple.

Cuanto mayor sea el número de familiares diagnosticados con esclerosis múltiple, mayor será el riesgo de que otros miembros de la familia desarrollen esclerosis múltiple a lo largo de su vida. Las mujeres también tienen un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple en comparación con los hombres. Dicho esto, la esclerosis múltiple no se transmite directamente de padres a hijos porque no es causada por un único gen. Aunque la esclerosis múltiple puede aparecer más de una vez en una misma familia, lo más probable es que no suceda.

Ciertos errores genéticos pueden aumentar el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple

El riesgo medio mundial de que una persona desarrolle esclerosis múltiple es de 1 en 625, es decir, el 0,15 por ciento; pero el riesgo en algunas partes del mundo puede ser diferente debido al entorno. Algunos estudios han descubierto que las personas que viven cerca del Ecuador tienen un menor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple, mientras que las que viven en países en latitudes más altas tienen un mayor riesgo.

Para comprender cómo las variantes genéticas afectan el riesgo de desarrollar la enfermedad, se han llevado a cabo enormes estudios genéticos, denominados estudios de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés), que ayudan a los científicos a identificar genes asociados con una enfermedad o un rasgo en particular. Esto se repite en muchas personas; a veces, hasta en 100.000 personas. Si algunas variantes genéticas son más comunes en el grupo de personas con esclerosis múltiple que en las personas que no tienen la enfermedad, entonces es posible que esa variante esté involucrada en el aumento del riesgo de desarrollar esclerosis múltiple.

Las variantes genéticas que aumentan el riesgo de padecer esclerosis múltiple cambian la forma en la que el cuerpo interactúa con su entorno. Muchos genes se han vinculado con proteínas esenciales para el funcionamiento del sistema inmunitario. Dependiendo de dónde incida la variante genética, se ven afectadas distintas proteínas y, por lo tanto, diferentes funciones en el cuerpo. Por ejemplo, algunas variantes pueden provocar cambios en el desarrollo y la maduración de las células inmunitarias, como las células B. Se ha descubierto que otras variantes potencian la activación de las células B y Th, lo que puede provocar defectos en el sistema inmunitario. En la esclerosis múltiple, las células B y T interactúan en el sistema nervioso periférico y central para contribuir con los mecanismos subyacentes al curso de la enfermedad.

Cómo calcular el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple

Se han encontrado más de 200 variantes genéticas, cada una de las cuales representa una porción muy pequeña del riesgo en general de padecer esclerosis múltiple. Mientras más de estos genes diferentes tenga una persona, mayor será el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple.

Si se pudiera medir el efecto de determinadas combinaciones de variantes genéticas y agruparlo con el impacto de los factores ambientales, pudiera ser posible calcular el “puntaje de riesgo” que tiene una persona de desarrollar esclerosis múltiple en comparación con la población general. Actualmente se están llevando a cabo estudios para investigar las puntuaciones de riesgo (consulta más abajo la sección Lectura complementaria).

Por el momento, las pruebas genéticas para la esclerosis múltiple no son definitivas. Una persona puede tener todo un grupo de variantes genéticas que aumenten el riesgo de padecer esclerosis múltiple, pero no desarrollar la enfermedad. Por lo tanto, las pruebas genéticas para la esclerosis múltiple no se hacen en las clínicas, sino con fines de investigación.

Resumen

Los genes sí desempeñan un papel en la esclerosis múltiple, pero el riesgo de padecerla es más complejo. El riesgo que tiene una persona de desarrollar esclerosis múltiple es la combinación del riesgo genético y de los factores ambientales, como infecciones (p. ej., virus de Epstein-Barr), niveles bajos de vitamina D, fumar, ingerir bebidas alcohólicas y sobrepeso durante la infancia.

En decir, una persona portadora de variantes genéticas del factor de riesgo también tendría que estar en un entorno que desencadenara la esclerosis múltiple.

Glosario

Célula B: linfocito B, un grupo de células del sistema inmune que llevan a cabo distintas funciones.

Genoma: el conjunto completo de información genética en un organismo; por ejemplo, el genoma humano.

GWAS: un estudio de asociación del genoma completo; es un estudio de variantes genéticas o “errores genéticos” en todo el genoma de muchos individuos diferentes para detectar si alguna variante está asociada a un rasgo.

Proteínas: componentes básicos del cuerpo. Su estructura y función están determinadas por los genes que se encuentran en los seres vivos. Las proteínas son esenciales para la estructura, función y regulación de todas las células en todos los órganos de nuestro cuerpo. Cuando se producen errores en los genes (p. ej., variantes de genes), estos afectan el funcionamiento de la propia proteína.

Célula T: linfocito T, un grupo de células inmunitarias. Los hay de distintos tipos, como los linfocitos T cooperadores CD4+, los linfocitos T citotóxicos CD8+ y los linfocitos T de memoria. Cada tipo desempeña una función distinta (ver respuesta celular).

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