La neurobiología y la inmunología son áreas esenciales en la investigación de la EM, en donde los investigadores intentan comprender los procesos biológicos a través de los cuales la inflamación crónica deriva en la desmielinización y en la neurodegeneración del sistema nervioso central.

Comprender estos procesos es vital para desarrollar nuevos tratamientos que frenen la inflamación y el daño que sufren las células nerviosas, y para el descubrimiento de medios que detengan y reviertan la neurodegeneración.

Un ejemplo interesante de cómo está evolucionando el conocimiento sobre la respuesta inmunológica en la EM es el papel de los linfocitos T colaboradores. Los linfocitos T colaboradores activan otras células inmunológicas y las dirigen hacia objetivos específicos, y desde hace algún tiempo se conoce que un subgrupo de linfocitos T colaboradores (conocidos como linfocitos TH1) juega un papel fundamental en la inflamación del sistema nervioso central y en el desarrollo de lesiones desmielinizantes.

Ahora se sabe que los linfocitos B juegan un papel esencial en la EM, y recientemente se ha hecho más evidente con la aparición de terapias específicas reductoras de linfocitos B. Actualmente, las investigaciones se están centrando de manera activa en otras células que participan en la respuesta inmunológica, tales como los monocitos y las células de la microglía, ya que pueden ser responsables principales en la patogénesis de la enfermedad.

Además de la desmielinización, se reconoce ahora la importancia del daño directo a los axones y la muerte de las células neuronales como un factor clave en la EM, especialmente en enfermedades degenerativas.

El alcance de esta neurodegeneración, y los procesos a través de los cuales se produce, son ahora objeto de un intenso escrutinio, ya que el hecho de bloquear las alteraciones en el transporte de iones y el metabolismo energético que resultan en la muerte de las células nerviosas podría ayudar a prevenir el desarrollo de la discapacidad.

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